En un recipiente amplio ponemos la avena. Picamos finamente el ajo, la cebolla y la zanahoría y lo mezclamos todo junto a la avena.
Añadimos una cucharada de comino en polvo, un poco de pimienta molida y el perejil picado muy fino. Echamos el medio vaso de agua a temperatura ambiente y un chorrito de salsa de soja. Mezclamos bien la masa con una cuchara o con las manos.
Lo importante en esta receta es controlar la consistencia de la masa. Para ello, podemos ayudarnos de pan rallado. Añadiremos, pues, un poco de pan rallado para que se absorva el exceso de agua (si queda seco, podemos añadir un poquito más de láquido)y amasamos bien. La masa de las hamburguesas debe quedar un poco pegajosa.
Mientras calentamos el aceite donde freiremos nuestra masa de avena, vamos formando con las manos las hamburguesas. Podemos, antes de freir, rebozarlas con un poco más de pan rallado, así quedaráuna textura exterior crujiente.
Freimos en una sarten con aceite suficiente para bañar las hamburguesas hasta la mitad, pues les daremos la vuelta una vez que se tueste un lado. Es fácil saber cuando retirarlas del aceite, pues adquieren un caracteristico color tostado.
Dejamos escurrir el exceso de aceite sobre un papel absorvente y servimos calentitas, acompañadas de ensalada y patatas.
Haz un volcán con la harina y pon en el centro la levadura disuelta con el agua tibia, la sal y el aceite. Amasa primero con los dedos y luego con las manos. Hay que trabajarla hasta que queden ligados todos los ingredientes y la masa ligera.
Ponla en un recipiente untado con aceite y cúbrelo con un paño húmedo y cerca de alguna fuente de calor indirecto (por ejemplo el horno precalentado y apagado).
Cuando doble su volumen, aproximadamente en una hora, la extiendes sobre una superficie enharinada con un rodillo. Puedes darle forma redonda o cuadrada, y dejarle el grosor que más te guste, si la quieres crujiente (fina) o esponjosa (gruesa).
Píntala muy ligeramente con aceite y pincha con un tenedor toda la superficie. Ahora cúbrela con el tomate frito, repartido por toda la superficie, y encima el resto de los ingredientes. Al final se puede espolvorear con orégano y un chorrito de aceite, sal y pimienta.
Finalmente decórala con unas aceitunas negras.
Precalienta el horno a 180 grados C. Introdúcela de 15 a 20 minutos, o hasta que veas que empieza a dorarse y la masa está en su punto.
Precalentamos el horno a 180 grados C.
Empezamos con la salsa boloñesa. Hidratamos la soja texturizada con un poco de agua. Echar el agua poco a poco, pues nos interesa que no quede totalmente húmeda. Si nos pasamos de agua, simplemente escurrimos el líquido sobrante.Lavamos y picamos la cebolla y las zanahorias.
Calentamos una cucharada de aceite de oliva en un sartén donde sofreiremos unos minutos la cebolla. Añadiremos después las zanahorias y les daremos unas vueltas en la sartén 3 minutos. Despues ponemos las soja texturizada escurrida y la sofreimos otro par de minutos. Agregamos el tomate triturado y salpimentamos. Dejaremos que se haga la salsa a fuego medio durante unos 15 minutos, removiendo con frecuencia para evitar que se pegue. Una vez que esté lista la salsa boloñesa la reservamos.
Ahora hacemos la bechamel. En otra sarttén calentamos 60 g. de aceite. Cuando haya alcanzado el aceite buena temperatura tostamos un poco 60 g. de harina removiendo con la cuchara de madera. Desputés vamos añadiendo poco a poco la leche vegetal mientras removemos para evitar que se formen grumos. Seguimos removiendo hasta lograr la textura deseada. Es recomendable que no espesemos mucho la bechamel, hay que dejarla cremosa pero no espesa. Para finalizar añadimos una cucharadita pequeña de nuez moscada molida, otra de sal y removemos bien. Retiramos la sartén del fuego y reservamos la bechamel.
Ponemos a hervir las placas de lasaña según las instrucciones del envase. Existen placas de lasaña precocidas, que facilitan mucho la preparación, pues se usan secas directamente con el resto de ingredientes en la fuente donde montaremos la lasaña antes de meterla en el horno.
Es el momento de montar nuestra lasaña vegana. Usaremos una fuente rectangular para el horno en la que quepan unas al lado de otras 3 láminas de lasaña cubriendo la mayor parte del recipiente.
Primero extendemos en la fuente una capa de salsa boloñesa sobre la que ponemos una primera capa de láminas de lasaña. Ahora iremos alternando una capa de boloñesa, una capita de bechamel y nuevamente 3 placas de lasaña. Repetimos la operacián hasta quedarnos sin láminas de lasaña. Esta última capa la cubrimos sólo con salsa de tomate boloñesa. Hay que calcular y repartir bien la salsa para que la última capa quede bien cubierta, de lo contrario la pasta de las láminas se secará.
Metemos la fuente en el horno y dejamos hornear durante unos 30 minutos. Cuándo vemos que se empieza a tostar por encima es momento de apagar el horno y servir nuestra lasaña vegana.
En un bol grande mezclar la harina, el azúcar y la levadura. En una jarra mezclar la leche y el aceite.
En un vaso disolver la harina de soja en un poco de agua e incorporarlo a la mezcla de la jarra.
Mezclar este liquido con la masa de harina y batir bien.
Rellenar con la masa los moldes de madalenas y hornear.
Mezclar en un bol grande la leche de avena con la levadura hasta que quede bien desecha, y añadir el azúcar. Después añadir la harina y la sal, y amasar para que quede ligado. Finalmente añadir la margarina y la vainilla y amasar todo hasta que la masa se separe de las paredes del bol. Tapar con un trapo húmedo y dejar reposar en un sitio caliente para que doble su tamaño.
De mientras prepararemos el relleno, mezclando en un bol la margarina, el azúcar y la canela y batiendo hasta que quede ligado.
Cuando la masa haya doblado, se estira en una mesa con un poco de harina encima para que no se pegue, y le damos forma rectangular. Ponemos el relleno encima con una espátula y enrollamos a lo largo. Cortar los rollos con un ancho de unos 3 cm. Preparamos una bandeja para el horno, con un papel, para que nada se pegue y ponemos los rollos un poco separados entre si porque van a crecer. Se tapan con un trapo húmedo y se dejan en un lugar caliente hasta que doblen el tamaño.
Después ya se pueden hornear unos 20 minutos aproximadamente (depende de cada horno) a 180 grados. Se tienen que sacar cuando están dorados.
De mientras ya tendremos el glaseado preparado, mezclando el zumo de naranja con el azúcar, de manera que no quede ningún grumo.
Cuando los rollitos ya están, se sacan del horno, con una cuchara pondremos por encima en glaseado y lo volveremos a poner en el horno otro minuto. Y ya estará.
Si te salen más de los que te vas a comer, se pueden congelar sin problema, y para volverlos a comer los pones en unos minutos al horno y vuelven a estar deliciosos.
En una sartén con aceite caliente, sofríe (es decir, no frías completamente sino solo da una pasada rápida) el ajo, cebolla, sal, chile o pimientos. Sofríelos no más de tres minutos y luego agrega los hongos. Baja el fuego y cocina unos minutos más. Agrega una cucharadita de aceite de oliva o girasol y mezcla bien. Agrega el limón, revuelve bien todo y luego agrega el queso encima. Espolvorea al último un poco de sésamo. Puedes dejar que el queso se gratine con el mismo calor de la sartén tapando bien ó, si lo prefieres, pon todo en una charola y mete al horno. Sirve bien caliente.
Ponemos a hervir los espaguettis en una olla con sal y aceite.En un sartén a fuego medio, calentamos el aceite de oliva. Mientras, trocea los ajos y las guadillas en trozos muy pequeños.Cuando el aceite este caliente, añade los ajos y las guadillas y deja que se doren.
Cuando los espaguettis estén al dente, les quitas el agua y los mezclas en la sartén con el aceite picante. Y le agregas un poco de sal y listo.